miércoles, 2 de marzo de 2022

Acerca del Premio Casa de la Literatura Peruana

 

enero 26, 2022

Acerca del Premio Casa de la Literatura Peruana

La Casa de la Literatura Peruana es una institución cultural, promotora de la lectura y la literatura peruana. Desde hace algunos años otorga el Premio Casa de la Literatura Peruana a diversas personalidades en reconocimiento a su trayectoria literaria; entre estas personalidades figuran Mario Vargas Llosa, Carlos Germán Belli, Estuardo Núñez, Antonio Gálvez Ronceros, Edgardo Rivera Martínez, Oswaldo Reynoso, José Miguel Oviedo, Carmen Ollé, Leoncio Bueno, Luis Urteaga Cabrera, Óscar Colchado Lucio, Cronwell Jara Jiménez y Rossella Di Paolo.
El Premio 2021 será otorgado a nuestro compañero Alfredo Mires Ortiz, “en mérito a su visión renovadora del libro, la lectura y la literatura en diálogo con las necesidades de la comunidad, labor asociada a la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca”, tal como menciona en una de sus notas la institución organizadora de este reconocimiento.
Nosotros, como Red de Bibliotecas Rurales, fuimos informados de esta decisión hace un par de meses y grande fue nuestra sorpresa cuando el equipo responsable de la Casa de la Literatura fundamentó dicha decisión con abundante información acerca de nuestra Red; y no se trata de datos que se pueden encontrar en nuestro blog o en algunos documentos que dan cuenta de nuestro trabajo y del quehacer de Alfredo en la investigación y la producción literaria, sino de muchos detalles que solo se puede percibirse cuando se lee a nuestra Red, cuando se lee a Alfredo. Esto nos animó a aceptar este reconocimiento.
Desde entonces, hemos visto todo el cuidado y esfuerzo que el equipo responsable de esta premiación ha puesto en el proceso de preparación y difusión.
Sabemos que todavía faltan algunos días para la ceremonia oficial, pero desde ya sentimos el Premio Casa de la Literatura Peruana 2021 como una parte muy importante de nuestra historia, no solo por el reconocimiento como tal, sino también, y sobre todo, por el interés, la dedicación y aprecio que observamos en cada detalle.
¡Gracias, amigos queridos de la Casa de la Literatura Peruana!

Lectura para sanar

Desde la Red de Bibliotecas Rurales intentamos promover la lectura en todos los lugares y circunstancias posibles: bajo un árbol, antes de dormir, mientras que hagamos cola en alguna dependencia, cuando esperamos a que salga el bus o para acostar a los niños…
Por eso, uno de los desafíos de la Red es donar libros para estas propuestas, en coordinación con los responsables de los diferentes espacios. Así fue que, hace unos meses, la Red donó un juego de nuestros fascículos de cuentos a la Sala de Procedimiento Oncológicos en el hospital de Cajamarca.
Son trances muy desafiantes los que ahí se atraviesan, y por eso significa tanto ver a los pacientes leyendo nuestros libros, hechos con la prodigiosa humildad del campo cajamarquino.
Y ha sido más que bello presenciar a una de las enfermeras encargadas del área, libro en mano, leyendo en voz alta nuestros cuentos, para todos. ¡Y leyó muy bien, con entonación y énfasis, como para ayudar a los pacientes a que mejoren!
Nosotros sí creemos que la lectura también nos puede sanar y a seguir peleando por la vida.

Pronto llega…

Cargada de cuentos y encantos, se apresta la Cuda para hacer su aparición.
Ya la estamos esperando para conocer nuevas historias, para seguir contando y cantando y conversando de lo que los abuelos nos supieron heredar.

Lecciones de lectura en la Red

Hace un tiempo, en uno de tantos talleres con jóvenes, niños, profesores y estudiantes que realiza nuestro compañero Alfredo Mires, expresaba los siguiente:
“— ¿Alguno de ustedes sabía que hoy iba a llover? ¿Había alguna señal?
— Estaba nublado.
— ¿Qué otra señal había?
— Las nubes estaban grises.
— ¿Qué otras señales había? ¿Hay algún cerro que avisa? ¿Quién sabe eso, qué cerro avisa? ¿Cuál de los cerros: el Huasmín o el Qayaqpuma?
— El Huasmín.
— ¿Qué hace el Huasmín para avisar que va a llover?
— Baja la nube.
— ¡Aquí tenemos un lector, un lector extraordinario! Porque el primer paso para volverse un ignorante es no saber leer la naturaleza. Un lector que sabe que cuando la nube baja y se asienta en el cerro ―se pone gorro, decimos―, va a llover. Está leyendo la naturaleza.
Un buen lector de libros no puede serlo si no lee la naturaleza.
Si salimos fuera y vemos basura y no nos damos cuenta que estamos viviendo entre basura, y no hacemos nada frente a ese problema, significa que no estamos leyendo la naturaleza.
Si vemos un compañerito triste, pálido, apesadumbrado, y no nos damos cuenta, significa que no estamos leyendo, leyendo-le; está enfermo, le ha pasado algo.
Eso es leer.
La lectura es la percepción de la realidad: ese es el primer paso para ser un lector. Si alguien se elogia de leer libros, pero no sabe leer la naturaleza, no es un buen lector.
La lectura comienza con la lectura de la realidad. Esto hay que entenderlo bien”.

enero 25, 2022

¡Lectura compartida!

La Casa de la Literatura Peruana, como parte de sus Espacios de diálogo – Tardes de café literario, ha invitado a la lectura de “El libro entre los hijos de Atahualpa – La experiencia de la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca”, de nuestro compañero Alfredo Mires Ortiz.
El evento tendrá lugar este 27 de enero, a las 6:00 p.m.
¡Todos estamos invitados!

diciembre 22, 2021

2021 - 2022

Premio Casa de la Literatura Peruana 2021


Desde Canadá

Jennifer Slauenwhite y Gordon Price, de London, Canadá, son amigos de la Red hace muchos años. Su trabajo y el entorno de su vida ha enfocado su atención en la vida de comunidades indígenas en todo el mundo y son muy sensibles a injusticias y vulneraciones de derechos de estas poblaciones, y es también esa preocupación que nos une.
En estos días enviaron una carta para Alfredo y la Red, felicitando por el premio con que ha sido reconocido este año.
Compartimos con ustedes las palabras de Jennifer y Gordon:
«Hemos leído sobre el reciente premio recibido por Alfredo y la Red de Bibliotecas Rurales, el Premio Casa de la Literatura Peruana. Sabemos que, para ti, Alfredo, la recompensa está en el trabajo en sí y no en los premios, pero nos inunda el corazón de alegría al saber que otras personas en el mundo reconocen el importante y conmovedor trabajo que has realizado. Nos sentimos orgullosos de ser amigos de un constructor de comunidades así. La Red de Bibliotecas Rurales ofrece un modelo que deseamos que se extienda a todos los pueblos indígenas que han sufrido la opresión colonial. Es el trabajo de restaurar la cultura, el conocimiento y el respeto por uno mismo”.
Gracias, Jennifer y Gordon, por su sincera y extraordinaria solidaridad y amistad.

El fondo de la Red

Nuestro compañero Alfredo Mires cuenta la experiencia de la Red, sus principios, sus inicios y sus aprendizajes:
“Hemos incorporado al corpus conceptual de la Red la palabra quechua “ñutqo”, que significa médula, que es la que atraviesa, conduce, mueve e inspira todo el cuerpo”.
Así comienza a contarnos acerca de tres principios básicos:
“El voluntariado, uno de los ríos subterráneos que atraviesa la Red y que significa que el accionar se hace por convicción y decisión propia.
El consenso, puesto que las decisiones se toman en colectivo y por consenso no hay una mayoría que decide sobre minoría; nos consultamos y estamos de acuerdo con todo; esto permite que haya búsquedas comunes y repercute en el sentido de comunidad.
Y la tradición campesina, la cultura campesina y el conocimiento propio, pues estamos abiertos a todos los saberes del mundo, pero sin subestimar el conocimiento propio, sin dejar de lado la sabiduría que nuestros propios padres y abuelos nos han inculcado desde siempre; podemos yaparlo, sin soslayar aquellos conocimientos que nos ha hecho posibles como pueblos, como comunidades”.
Nos cuenta que las Bibliotecas comenzaron en la comunidad cajamarquina de Huayrasitana, muy lentamente, y que año a año se fue probando, captando posibilidades desde la propia población; comienza como una propuesta que fue germinando como una plantita en una chacra y atendida por los propios comuneros, fue abonándose, amacollando, yapándose, hasta lograr tener una determinada forma, pero que sigue variando según las demandas y los procesos de la propia comunidad.
Nos dice de sus dos más grandes aprendizajes: la capacitación, principalmente como autoformación, y el proceso de creación de la Enciclopedia Campesina: “Los libros que anidan en la Red con contenido de las propias comunidades, tienen un lugar privilegiado, porque lo que sabemos vale, es bello y es de aquí, y es un medio estratégico fabuloso, porque cuando un niño campesino llega a la escuela y se encuentra con libros escritos en su propia forma de hablar, le pierde el miedo y le agarra cariño y le será más fácil leer entonces cualquier otro libro.
Deberíamos insistir en este encuentro con el libro con la lectura, como un encuentro profundamente humano, con la naturaleza, con la sociedad, con las comunidades”.

1971-2021: Homenaje a nuestra Red —12

A lo largo de este año, hemos hecho un homenaje continuo a nuestra Red en su 50 aniversario. La Red es y seguirá siendo ayllu, chacra, memoria y futuro.
La Red es símbolo y trabajo constante en la afirmación de nuestra cultura andina: portadora de las tradiciones campesinas, la práctica de la agricultura y la sintonización con la tierra. Por ello, enaltecemos y mantenemos los vínculos comunitarios que están fundamentados en la solidaridad, la reciprocidad y la complementariedad a través de la lectura crítica, la autocapacitación y los aprendizajes compartidos como gran familia. Estas acciones son el principal alimento y la principal vacuna para inmunizarnos contra el virus del consumismo, la aceleración, el maltrato a la tierra y a los seres que en ella habitan.
¡Larga vida a la Red de Bibliotecas Rurales, cuyo eje y motor son nuestras familias campesinas de Cajamarca!

 

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