RAMÓN CASTILLA Y SAN RAMÓN
Prof. Jacinto Luis Cerna Cabrera
Especialidad de Lengua y Literatura
Exalumno Sanramonino
Ya no se puede hablar de
"San Ramón" sin tener que hacer lo propio de don Ramón Castilla y
Marquesado. Y es que, precisamente, nuestro glorioso colegio guarda una
íntima relación con el libertador de los esclavos negros del Perú. Dicha relación
tiene su fuerte en la inmensa gratitud que el colegio de aquel entonces, de los
días actuales y de siempre le guarda a quien, en un gesto de profundo
sentimiento patriótico y amor a la cultura y educación nacionales, reabrió el
colegio cajamarquino.
El 3 de
enero de 1854, había estallado la revolución en Cajamarca para adherirse a
otros lugares, en contra del gobierno de Echenique. En ese entonces era Rector
del Colegio de Artes y Ciencias de Cajamarca el preclaro Toribio Casanova.
Estos acontecimientos políticos determinaron la clausura del centro educativo.
El reinicio
de las clases, después del largo receso, se hizo con el rectorado del Dr. José
Manuel Arbayza, insigne cajabambino, quien fue nombrado el 19 de enero de
1857. En agosto de ese mismo año, Toribio Casanova ocupó el rectorado del colegio
por sétima vez. Las gestiones de
reapertura fueron respaldadas por los hermanos Gálvez Egúsquiza. Desde
entonces, el Colegio de Artes y Ciencias
tomó el nuevo nombre de SAN RAMÓN, en agradecimiento al gran Mariscal,
Presidente del Perú en aquel entonces. El Decreto que dictaba las medidas para
la reapertura se dio en Lima, el 16 de setiembre de 1856.
A
partir de aquella memorable fecha, año tras año, y solo a excepción del lapso
comprendido entre 1981 y 1986, se han venido celebrando las fiestas jubilares
sanramoninas el 31 de agosto; justamente en homenaje a San Ramón (fiesta
religiosa) y al natalicio de don Ramón Castilla. El año de 1987, gracias a una
petición hecha por la
Promoción Bodas de Plata 1962 Y con el respaldo mayoritario
absoluto de la comunidad educativa sanramonina, el sesquicentenario colegio
logró retornar a su tradicional fecha de celebración.
Entonces,
a partir de este acontecimiento, y expresándonos en términos coloquiales,
podemos colegir que el 31 de agosto se celebra el Santo del glorioso colegio,
mientras que el 8 de setiembre se rememora su Aniversario.
Pero,
lo que más corrobora a enaltecer el nombre de Ramón Castilla, además de la
reapertura de la Alma Máter
cajamarquina, es el ejemplar perfil de su
personalidad.
Desde
este punto de vista, Castilla sí que fue un ejemplo de honor: En primer lugar su indiscutible patriotismo,
fundador de la república al haber participado en Ayacucho; vencedor de
Echenique, considerado por los liberales como símbolo de la vieja burocracia
militar. Cuando en 1862 el país estuvo conmovido ante la amenaza de una nueva
invasión europea, Castilla, celebrando el aniversario nacional en Amancaes,
brindó por la patria diciendo que si dentro de muchos siglos sus cenizas
pudieran servir de base para una columna para la libertad, probablemente se
estremecerían de placer.
Castilla
tenía también otra característica relevante, y era la de su honradez. Fue honrado
en un momento en que el Fisco no estaba exhausto como en la primera época
republicana. Fue honrado cuando el
guano estaba produciendo un fenómeno vertiginoso de ascensión en la cifra del
presupuesto nacional. Esa honradez del libertador fue un hecho auténtico; lo
demuestra: la circunstancia, de que apenas tuviera como bienes, cuando murió en
las pampas desoladas de Tarapacá, una casa que servía de habitación a su
esposa, doña Francisca Canseco.
La magnanimidad es otra característica fundamental
de la personalidad de Castilla. Dos días después de la batalla de Carmen Alto,
contra el ejército de Vivanco, mandó avisar a los fugitivos y a los que estaban
ocultos que podían dedicarse tranquilamente a sus labores. Poco tiempo después
llamaba a sus adversarios políticos de otrora a ocupar cargos ministeriales de
su gobierno; fueron ministros y consejeros algunos de los que habían sido
ministros y consejeros de Echenique.
Por
todas estas cualidades y por muchas otras más de la personalidad ejemplar de
don Ramón Castilla, y por perdurar vigentes a través de los años en el corazón
y la mente sanramoninos, es meritorio y dignamente justificado que nuestro
primer colegio cajamarquino haya retornado la fecha del 31 de agosto como el "DIA DE SAN RAMÓN".
No hay comentarios:
Publicar un comentario