Es así que con su esposa y dos hijos, con su doctorado en educación y experiencia en la docencia, regresa de Lima a Cajamarca en 1950, en la empresa de transportes Sáenz y empieza su quehacer educativo en el colegio San Ramón como Director de Estudios.
SAN Ramón va a la vanguardia. Se aplica por primera vez las pruebas objetivas en el antiguo local, de la Recoleta, de amplias aulas, pequeño internado y hasta piscina.
Después, al retornar a Lima el Cap. César Centurión, el Dr. Alfonso Barrantes es nombrado como el último Director del Colegio Nacional San Ramón e inmediatamente como el primer Director de la Gran Unidad Escolar San ramón, donde permanece desde 1956 hasta 1965.
En ese tiempo, desde su regreso a Cajamarca que su labor inigualable de líder docente se manifiesta en las aulas, la dirección, empuje y manejo para conseguir e implementar pabellones nuevos, el internado, el campo de fútbol, la creación de la Educación Técnica.Hacer es algo difícil: idear, innovar, planificar, conseguir los presupuestos, ejecutar la inversión, inaugurar y que funcione. Él conseguía estas cosas con su creatividad, liderazgo y sencillez…
San Ramón llegó a brillar con su dirección: los mejores profesores, la mejor educación, la mejor banda de músicos, los mejores en desfilar, una gran disciplina, un respeto inigualable a los maestros.
En 1933, Alfonso La Torre termina su Educación Secundaria en el Glorioso Colegio Nacional de Cajamarca (en el cual hará historia), para desempeñarse luego como Auxiliar de Educación y Regente durante los años 1934 y 1935. Igual que a muchos cajamarquinos de la época, la opción limeña se abre como oprotunidad para seguir estudios superiores, siendo así que ingresa a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde recibe los títulos de profesor de primaria, Profesor de Secundaria en la especialidad de Historia y Geografía y siguiendo su perfeccionamiento, en 1950, la Universidad de San Marcos le otorga el grado de Dr. en Educación. Se desempeña como profesor en la Escuela 458, ubicada en Av. Militar (Lince), desde 1942 y en 1944 es promovido a la Gran Unida Escolar Melitón Carvajal, donde trabaja como jefe de la Nocturna.......
La calidad de los maestros era de admirar, por ello, generaciones de alumnos que egresamos de las aulas de San Ramón, han trascendido a nivel nacional e internacional, destacándose profesionalmente por sus valores como honradez y vocación de servicio.
Su larga y fructífera vida al servicio de la educación, le permitió seguir como líder y tener la oportunidad de intercambiar experiencias con personas de todos los estratos sociales y académicos, quienes seguían sus enseñanzas porque lo considerábamos nuestro gran maestro.
Un ser humano muy sencillo, abierto al cambio, que daba la orientación en el momento oportuno y que nunca se enorgulleció de lo que era ni de los cargos que representaba. Su chispa cajamarquina, siempre nos arrancaba una sonrisa.
En medio de este torrente humano de alumnos, el recuerdo y el respeto de muchos que hasta accidentalmente encontramos, ya en las postrimerías de sus vidas, nos llena de orgullo y reconocemos que el tiempo de nuestro gran maestro –el Dr. La Torre- en Cajamarca, en los años 50 a 60, dejó huella positiva en muchos y por eso lo calificamos de cajamarquino ilustre.Un ser humano muy sencillo, abierto al cambio, que daba la orientación en el momento oportuno y que nunca se enorgulleció de lo que era ni de los cargos que representaba. Su chispa cajamarquina, siempre nos arrancaba una sonrisa.
Acompaña la fundación de la Asociación San Ramonina con el Dr. Carlos Enrique Becerra Palomino y en Cajamarca marcha con algunas promociones.
Muchas promociones llevan su nombre y en el desfile de los 30 de Agosto en Cajamarca, su imagen se pasea al frente de dichas promociones con el lema NO OLVIDAR, NO OLVIDAR, SAN RAMÓN.
Es reconocido como el Director Vitalicio de la GUE San Ramón y recibió una Condecoración (medalla de oro) por el Municipio de Cajamarca.
Como todo lo bueno se acaba, aquejado por enfermedades y al cuidado de su esposa e hijos, va al encuentro con el Señor, el sábado 29 de abril de 1995, siendo enterrado bajo los acordes del Himno de su inolvidable San Ramón, en el Cementerio Jardines de La Paz de la Molina, donde reposa al lado de su esposa.
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